miércoles, 17 de diciembre de 2008

España no es país para viejos

Estoy retomando mis clases de inglés, porque veo mi futuro bastante alejado de mi Almería natal. Es la primera vez en mi vida, que noto un aire enrarecido en todos los factores claves para el equilibrio de una colectividad.

Siempre he escuchado una frase durante toda mi vida, que ha desaparecido del populacho corrillero, desde hace un tiempo prudencial: …”Como en España no se vive en ningún sitio”…y no se escucha, por que no se dice, por que no se siente.

Si nos retrotraemos 10 años en el tiempo y nos hacemos la pregunta clarividente, obtendremos una respuesta meridiana: ¿Se vive mejor en la España actual o en la España de mediados de los 90?

Silencio.

Quien calla otorga, pues se dan a mi entender tres causantes fatídicos para la hemorragia del herido: en primer lugar, la capacidad de decisión del individuo se ha visto fuertemente menguada, existen cada vez menos espacios en los que podamos elegir entre diferentes opciones sin quebrantar esta u otra ley.

Segundo, la jurisprudencia está tomando unos caminos muy nocivos para la seguridad del ciudadano, la fragilidad de nuestro sistema penal nos sitúa en el punto de mira de bandas organizadas, estafadores, ladrones y ladronzuelos; puesto que la ley del menor está a dos aguas entre la ineficiencia y la ineficacia.

Y tercero, y bajo mi punto de vista, lo más preocupante y menos corregible, se han perdido una serie de valores básicos para la convivencia pacífica entre seres humanos; dígase, respeto por la persona, capacidad de escucha hacia otras formas de pensar, hospitalidad, solidaridad, y un largo etcétera, que difícilmente es recuperable en adolescentes que están concibiéndose como los hombres y mujeres de la futura España.

No quiero entrar en porqué se están produciendo estos acontecimientos, pero la mutación es un hecho de difícil retroceso.

No debemos de mirar hacia otros países que se encuentran peor que nosotros que los hay y en gran número, sino en los que aún mantienen una clase política amante de sus conciudadanos, ya que sin atender al color político, la demagogia de nuestros representantes está condenando como a un reo, a un país que siempre se caracterizó por la calidad de vida de sus miembros, con independencia de su capacidad económica.

Así que yo voy a seguir con mis clases anglosajonas, que en el extranjero el inglés es el que manda y contra más viejo, más sabio pero menos neuronas.

2 comentarios:

  1. Noto en este artículo como te embarga un profundo sentimiento de desánimo y pesimismo, cuando miras a tu alrededor y echas en falta muchas de las buenas costumbres que se están perdiendo. Muchas leyes en vigor son imperfectas y a veces ayudan a perder las formas. Pero ante todo ten fé, no religiosa, sino en el porvenir. ¿Quien nos puede asegurar que no va a lleguar a Andalucía otro Obama que nos haga mirar al futuro con más optimismo, el mismo que hoy tienen los norteamericanos? Te animo a seguir estudiando inglés pero no con el pensamiento puesto en partir hacia otro lugar. También puedes estudiar francés e italiano, pero no olvides a nuestro Castellano Andaluz, que es precioso.
    Lo que está pasando ahora por tu cabeza no es más que una niebla mañanera condenada a desaparecer cuando llegue el sol y entonces podrás discernir con más claridad, sobre todo cuando mires las altas y blancas cumbres de nuestra tierra. Seguro que su belleza te hará cambiar de parecer y ver el futuro con más optimismo y te ayudará a olvidar el pasado.
    El presente es tan corto que no se ha terminado de escribir la palabra y ya pertenece al pasado. Un abrazo.

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  2. Don Juan, que es como voy a llamarle a partir de ahora, es usted un narrador de hondura; sus palabras son sinceras y de gran belleza. Es usted el que debería escribir en un blog, para que nosotros como alumnos nos empapáramos de sus enseñanzas. Le animo a que comparta con nosotros sus conocimientos.
    Un abrazo de todo corazón, tan grande como el que usted tiene.

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