miércoles, 26 de diciembre de 2012

Homenaje a Cormac McCarthy

En la vida, cada cierto tiempo pero no con demasiada frecuencia, nos encontramos con un "algo" eterno que nos embruja desde la testa hasta el tarso.

Ocurre por la sencilla razón de que atesora la nobleza y la fuerza de la autenticidad que nunca miente y se nos clava como un aguijón en el epicentro de la diana de nuestro ser.

Normalmente este encuentro es de sopetón, sin presentaciones previas, como un cruce de miradas en la pueril oscuridad de la pupila excitada de dos jóvenes desconocidos.

No se busca, mas ese "algo" es el que te encuentra desprevenido, con la guardia baja para noquearte al primer golpe.

Con el paso de los años, uno aprende a darle el valor que se merece a estos hallazgos, pues en lontananza el  aire acre del desierto inanimado y monótono amenaza diaria y muy seriamente con penetrar hasta en el más tímido de los alveolos.

En estos tiempos de crisis, en el que los pilares sobre los que se asientan nuestra realidad, cambian mientras paseas por las callejuelas conocidas a por la barra de pan tierno del local clausurado el día anterior, surge al compás de la canción más triste, de las más ajadas letras dedicadas a los parias y desheredados, un hombre con un nombre americano.

Y arrullando la fealdad del reflejo de la maldad ante el espejo,
nos sentaremos con la mirada aterida y torva.
Susurraremos ante la llama azul del crepitar del leño y el infinito viaje de la pavesa
y ante la sangre meridiana de "The Kid" , "Galton" y el egregio "Juez Jolden" .

Hallaremos una carretera apocalíptica en un mundo donde repiquetean las gotas de ceniza,
un mundo que llegará a la orilla pedregosa del mar, al horror o la cotidianidad de la muerte,
pero siempre bajo el inconfundible aroma del sur,
donde la ley es menos ley y el hombre más dueño y señor de sus designios.

Podrás ser "Blanco" o "Negro" o quizás "Gris", ateo o beato, un conocido de Suttreeberry Finn,
pero siervo y esclavo sin grilletes, siempre pobre, y venático seguirás el camino de la morgue y surcarás los mares de Caronte porque amigo te digo una cosa: quién no quiere conocer el auténtico espíritu humano.

Quién no quiere conocer a Cormac McCarthy ???